El fin de año, お正月(o-shougatsu), es una de las festividades más importantes en Japón, la celebran durante varios días. En un principio esta fecha coincidía con el fin de año chino pero fue ajustada al calendario gregoriano coincidiendo ahora con el 1 de enero.
Las celebraciones duran desde el 29 de diciembre hasta el 3 de enero, unas mini vacaciones en las que ni se trabaja ni se estudia y se pasa todo el tiempo posible con la familia. Decoran las puertas de casas, oficinas, centros, etc. con Kadomatsu (門松), adornos tradicionales hechos de pino y bambú para dar la bienvenida al nuevo año, se suelen colocar antes del día 31 para que den suerte.
También en estos días realizan algunos curiosos rituales para dejar atrás el año y prepararse para el nuevo: Hacen una limpieza general de toda la casa Osouji (お掃除), mandan postales, Nengajou (年賀状), a sus amigos, compañeros de trabajo y familiares para felicitarles el año nuevo, que curiosamente, se mandan de forma de masiva el 1 de enero, se regalan Oseibo (お歳暮) regalos de agradecimiento que normalmente se regalan a tus superiores y amigos, a los niños se les de el Otoshidama (お年玉) regalo parecido a nuestro aguinaldo, etc… Hay un montón de costumbres que han de hacerse en víspera de fin de año, todas ellas para dejar atrás el año echando a la mala suerte y afrontar el nuevo con limpieza y pureza para tener suerte.
El día 31, antes de la media noche, se come Toshikoshi soba (年越し蕎麦), fideos largos de alforfón, para desear una vida larga y fuerte. Después, a media noche, los templos de Japón tocan 108 campanadas, Joya no kane (除夜の鐘), que representan los 108 pecados o malos pensamientos que al tocar las campanas se disipan.
Y las fiestas siguen! A continuación de las 1o8 campanadas comienza el Hatsumoude (初詣), la primera visita al templo. Mucha gente acude a los templos los primeros días del año, no necesariamente en la madrugada del 1 de enero, vistiendo ropa tradicional (kimonos, etc.) y aparte de orar para que sea un buen año, también, llevan sus antiguos Omamoris (お守り), amuletos protectores, para quemarlos allí y comprar unos nuevos.
Otro entretenimiento muy popular en los templos en estas fechas es el Omikuji (御神籤). Son pequeños trozos de papel en los que esta escrita nuestra fortuna para el nuevo año, se comprar tanto en templos budistas como sintoistas y tocan de manera aleatoria, de ahí, que su nombre literalmente sea «lotería sagrada». Vienen enrollados o doblados y actualmente suelen repartirse por una maquina expendedora, los hay tanto de muy buena suerte como de muy mala suerte, si te toca con muy mala suerte debes atar el papelito en uno de los arboles del templo para que la mala suerte se quede ahí y no se cumpla la predicción, si te toca buena suerte debes llevarlo contigo.
Esto es todo! Nos leemos en la próxima entrada! (^o^)/º またね~!!
jope, para mi que los monjes ponen a propósito mensajitos de mala suerte
sino, como explicas que tanta gente haya tenido que poner un omikuji en una ramita? xD